En el caso de que los padres aprecien cambios en su hijo, o le noten triste o preocupado, pero todavía desconozcan la existencia de la situación de acoso, se aconseja lo siguiente:
- Deben de escuchar a su hijo sin juzgarlo; si el menor viene a casa diciendo que se ha peleado o que le han pegado, no tienen que recriminarle por ello ya que, si lo hacen, la próxima vez no dirá nada. ·
- Es conveniente que de vez en cuando le pregunten sobre sus relaciones en la escuela, y no sólo sobre la evolución de sus calificaciones, de forma que puedan detectar si tiene alguna dificultad en sus relaciones con sus compañeros. ·
- Es aconsejable hablar periódicamente con el profesor o tutor del pequeño, para interesarse sobre cómo van sus estudios, pero también informarse sobre qué tal le va con el resto de sus compañeros. ·
- Una vez que se detecta que algo no va bien, hay que tratar de hablar con el niño, con el tutor o con el profesor, de forma que se esclarezca la situación. Cuando ya se conoce que existe acoso, las medidas que deben adoptar los padres son: ·
- No minimizar ni menospreciar los percances que su hijo pueda sufrir en la escuela, pensando que es una chiquillada, o que con el tiempo se resolverá espontáneamente. ·
- Tratar de proteger al menor de las situaciones en donde se produzca el acoso, por ejemplo de vuelta a casa, recogiéndole a la salida de la escuela. ·
- Hacer que el niño se sienta cómodo, de forma que pueda comentar siempre que quiera o lo necesite, tanto lo que le pasa, como lo que le hace sentir, ya que es en este segundo aspecto donde se puede intervenir.
- Procurar que el pequeño no pierda el curso, ayudándole si es necesario con clases particulares, ya que ver cómo los demás progresan y él no, iría en contra de su autoestima.
- Llevarle a un orientador o psicólogo para que reciba ayuda terapéutica, no con la idea de que el menor tiene un trastorno psicológico, sino precisamente para evitar que lo pueda desarrollar en un futuro debido a la situación que se ve obligado a sufrir.
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