Sin embargo, detectar estas conductas es muy importante y no solo para evitar el daño sobre otras personas: también por el bien de nuestro propio hijo, pues detrás de este
comportamiento pueden esconderse problemas como una baja autoestima, falta de motivación e incapacidad para enfrentarse a la frustración. Estas conductas pueden repetirse en el futuro y llevar a acciones peligrosas o delictivas, por lo que es mejor identificarlas a tiempo para ayudar a nuestros hijos. “Admitir que tenemos a un acosador en casa no es plato de gusto para nadie. Por eso tratar de exculpar a nuestros hijos con frases como ‘no se ha dado cuenta’ o ‘es cosa de niños’ es un error muy frecuente”, explica Irene López Assor, directora de la Fundación Gestiona, que ha elaborado un protocolo para identificar y prevenir situaciones de acoso escolar.
Asimismo, existen también ciertas características que pueden contribuir a identificar a los agresores:
- Continuamente pelean con sus compañeros justificando su conducta.
- No controlan su ira.
- Regularmente se involucran en todo tipo de problemas.
- Tienen comportamientos agresivos; no controlan sus impulsos.
- Se burla de sus iguales.
- Molestan a otros niños sin razón alguna.
- Solucionan sus problemas usando la violencia.
- No tienen sentimientos de culpa al argumentar que " El otro se lo merece".